Esta semana hemos empezado a impartir las clases de nuestros
grupos, empezando con un texto sobre el mal comportamiento de los adolescentes
y en gramática, el estilo indirecto en inglés (reported speech).
Tal y como imaginaba, las clases no han presentado ningún
problema en absoluto. De hecho han ido muy bien, con buenas risas y alumnos muy
atentos y entusiastas en general. He aprovechado para intentar aprender todos
sus nombres (ardua tarea), conocerlos más, ver la actitud general dentro del
aula, entrever de qué pie cojean algunos, el contraste de nivel, etc. La
respuesta grupal ha sido muy, muy positiva, tanto a mí como a mis compañeros
Adam y Raquel, así que estamos encantados. También es cierto que esto puede deberse
al hecho de que somos la “novedad” y no nos conocen apenas, lo cual siempre es
una ventaja, todo hay que decirlo.
En cuanto a contenidos, hemos empezado a ver a fondo el
estilo indirecto, haciendo hincapié en los errores más comunes, verbos de
dicción, preguntas que podrían caer en el examen que realizarán, etc. Hemos
practicado a transformar frases (afirmaciones, preguntas, sugerencias) al
estilo indirecto, haciendo que toda la clase participe e intentando asegurarme
de que todos han entendido cómo funciona esta estructura.
El verdadero reto de esta semana ha sido acostumbrar el
cuerpo al horario del centro. Los tres profesores en prácticas venimos de
Murcia capital, así que para estar en Orihuela a las 8 de la mañana tenemos que
despertarnos muy temprano, y eso sin contar que en mi caso, conforme salgo del
instituto tengo que conducir de nuevo a Murcia para seguir trabajando en la
academia hasta la noche.
Más de 12 horas al día de clases. Tengo suerte de
disfrutar con la enseñanza. Menos el tema del horario, el instituto Tháder está
haciendo que todo sea lo más fácil posible.