Última semana.
Las clases han vuelto ya a la normalidad, siguiendo con la
próxima unidad didáctica a manos de la tutora. Hemos seguido observando todos
los grupos y ayudando cuando fuese necesario.
Hemos preparado el examen para el grupo de 4º de
Diversificación, que han realizado este jueves. La unidad trataba de las
descripciones (física y de personalidad), y hemos intentado que las actividades
estuviesen adaptadas al nivel de la clase (ejercicios sencillos y al grano, con
justo lo que entraba en el libro de texto). Lo corregimos allí mismo, y todos
los alumnos han aprobado, lo cual me ha alegrado mucho. A pesar de que era un
examen de una sola unidad, creo que ha sido una buena inyección de motivación
para todos.
Esta mañana del Viernes hemos asistido al Claustro del
centro y a una reunión con COCOPE sobre nuevas medidas y propuestas para el
centro. El Claustro ha estado muy bien. Al igual que ocurrió con las sesiones
de evaluación, me alegra ver cómo el grupo de profesores trabaja en equipo y
forman una gran familia que se preocupa mucho por sus alumnos o “chiquitos”
como los llaman ellos. Se ha hecho un repaso de los resultados académicos,
presupuestos, posibles reformas y quejas sobre algunos aspectos como las pistas
deportivas. También se ha hablado del balance positivo de toda la experiencia
con la Universidad Miguel Hernández, felicitado a los coordinadores, alumnos,
etc.
Puede que esta no sea la última vez que me encuentre con el
centro Tháder en mi carrera, quién sabe. Me llevo un sabor de boca buenísimo y
un buen puñado de buenos recuerdos.
Vamos a ir terminando la memoria…